Después de los contratiempos para llegar a la ciudad eterna, decidimos salir a buscar un café a la espera de que nos entregaran la habitación y tomar un descanso necesario para que por lo menos mejorara el estado de ánimo. A eso de las tres de la tarde después de una buena siesta salimos a caminar a la perdida, esto es a coger cualquier ruta y recordando el dicho que "Todos los caminos conducen a Roma".
No más salir empiezan las sorpresas de esta ciudad ambivalente, la primera es que nuestro hotel esta cerca de todos los grandes monumentos históricos de esta ciudad y la segunda es que esta es una ciudad para caminar, no de otra forma se puede observar los detalles de su arquitectura, el piso, muchos en pavé antiguo de piedra, sin uniformidad por lo que hay que mirar bien donde pisar. Mi cámara empieza a registrar lo que mis ojos observan y que de seguro se diluirán en el olvido sino hago estas fotos.
Nos impacta el mal estado de muchas de las fachadas de esta arquitectura antigua, grafitis, maleza que crece en sus fachadas, manchas de smog y también nos impacta la mezcla de tendencias arquitectónicas; no conozco del tema pero se adivinan muchas escuelas que muestran las diferentes épocas que se conservan en esta ciudad. Hay deterioro como lo he dicho pero también hay muchos sitios muy bien conservados y todos de una indescriptible belleza. No habíamos caminado más de 10 minutos, siguiendo solo la corriente humana que se desplaza por las calles cuando fuimos a desembocar a la "Fontana Di Trevi" o la fuente de Trevi; se siente una emoción inmensa, ¿quien no ha visto esta famosa fuente en fotos, películas?, la emoción se mezcla con sorpresa porque el sitio se halla en una plaza muy pequeña rodeado de gelaterias, almacenes de souvenirs, vendedores ambulantes, mugre en las calles, gente por doquier en una Babel moderna. Por supuesto cumplimos la tradición de lanzar una moneda de espaldas a la fuente pidiendo un deseo.
Compré el primer helado de mi visita a esta ciudad, delicioso y me prometí que diario probaría uno diferente. Seguimos caminando, en cada esquina aparecían 5 o más esquinas o calles por los cuales tomar, calles pequeñitas algunas de ellas de solo 2 o 3 metros de ancho y siempre desembocabas en algún monumento o sitio histórico. Decidimos empezar a resaltar en un mapa los sitios visitados a fin de organizar un poco las rutas. En una de estas salidas llegamos a la famosa plaza Navona, lugar de artistas de la pintura y la música, restaurantes, fuentes hermosas. Seguimos caminando y llegamos a la plaza Venecia con el más grande monumento de Roma, construido en homenaje a Víctor Manuel II, rey de Italia. A lo lejos divisamos el circo romano pero definimos no visitarlo para dejarlo para el día siguiente y más bien decidimos seguir caminando e ir a cenar en la noche a la plaza navona. Cosa que hicimos.
No más salir empiezan las sorpresas de esta ciudad ambivalente, la primera es que nuestro hotel esta cerca de todos los grandes monumentos históricos de esta ciudad y la segunda es que esta es una ciudad para caminar, no de otra forma se puede observar los detalles de su arquitectura, el piso, muchos en pavé antiguo de piedra, sin uniformidad por lo que hay que mirar bien donde pisar. Mi cámara empieza a registrar lo que mis ojos observan y que de seguro se diluirán en el olvido sino hago estas fotos.
Nos impacta el mal estado de muchas de las fachadas de esta arquitectura antigua, grafitis, maleza que crece en sus fachadas, manchas de smog y también nos impacta la mezcla de tendencias arquitectónicas; no conozco del tema pero se adivinan muchas escuelas que muestran las diferentes épocas que se conservan en esta ciudad. Hay deterioro como lo he dicho pero también hay muchos sitios muy bien conservados y todos de una indescriptible belleza. No habíamos caminado más de 10 minutos, siguiendo solo la corriente humana que se desplaza por las calles cuando fuimos a desembocar a la "Fontana Di Trevi" o la fuente de Trevi; se siente una emoción inmensa, ¿quien no ha visto esta famosa fuente en fotos, películas?, la emoción se mezcla con sorpresa porque el sitio se halla en una plaza muy pequeña rodeado de gelaterias, almacenes de souvenirs, vendedores ambulantes, mugre en las calles, gente por doquier en una Babel moderna. Por supuesto cumplimos la tradición de lanzar una moneda de espaldas a la fuente pidiendo un deseo.
Compré el primer helado de mi visita a esta ciudad, delicioso y me prometí que diario probaría uno diferente. Seguimos caminando, en cada esquina aparecían 5 o más esquinas o calles por los cuales tomar, calles pequeñitas algunas de ellas de solo 2 o 3 metros de ancho y siempre desembocabas en algún monumento o sitio histórico. Decidimos empezar a resaltar en un mapa los sitios visitados a fin de organizar un poco las rutas. En una de estas salidas llegamos a la famosa plaza Navona, lugar de artistas de la pintura y la música, restaurantes, fuentes hermosas. Seguimos caminando y llegamos a la plaza Venecia con el más grande monumento de Roma, construido en homenaje a Víctor Manuel II, rey de Italia. A lo lejos divisamos el circo romano pero definimos no visitarlo para dejarlo para el día siguiente y más bien decidimos seguir caminando e ir a cenar en la noche a la plaza navona. Cosa que hicimos.
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